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ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS
CANTABRIA,
con una extensión de 5.333
km2, se encuentra situada en la zona centro-oriental de
la Cornisa Cantábrica, al norte de la Península
Ibérica. A pesar de su extensión relativamente
reducida, presenta una gran variedad de paisajes y ecosistemas:
desde formaciones de alta montaña como los Picos
de Europa hasta sistemas de marismas de gran importancia,
como las Marismas de Santoña, Victoria
y Joyel.
Estos hábitats albergan una variada
fauna con especies emblemáticas como el oso
pardo, el urogallo, el
rebeco, el águila
real, etc.
El sistema orográfico más importante lo constituye la Cordillera
Cantábrica, que discurre paralela al mar, del que está separada
una distancia media de 40-50 km. Las máximas elevaciones se encuentran
en los macizos de los Picos de Europa, con alturas como Peña Vieja (2.613
m), Coriscao (2.234 m), Peña Prieta (2.536 m), y Peña Labra (2.006
m), y van decreciendo según nos dirigimos hacia el este.
Otro accidente orográfico de gran importancia, situado entre la Cordillera
Cantábrica y el mar, y discurriendo de forma paralela entre ambos, lo
constituyen las sucesivas alineaciones montañosas que desde la Sierra
del Escudo de Cabuérniga, al oeste, hasta los montes de Candina y Cerredo,
delimitando dos grandes unidades paisajísticas: la Marina y la Montaña.
Estas sierras litorales son cortadas en numerosos puntos por los ríos
que desembocan en el Cantábrico, Deva, Nansa, Saja, Besaya, Pas-Pisueña,
Miera, Asón-Gándara y Agüera. Los valles que conforman estos
ríos en su recorrido sur-norte, forman el entramado esencial de la orografía
y el paisaje de Cantabria, completado con unidades con características
propias en las comarcas del sur que incluyen la divisoria de aguas hacia las
cuencas del Duero y, especialmente por su mayor extensión, del Ebro.
La Marina, situada a lo largo de la franja costera, con relieve y clima suaves,
presenta algunos de los ecosistemas más valiosos de la región.
En el frente costero se hallan importantes acantilados, en cuya parte superior
existe una vegetación muy característica de Cantabria: las landas
o brezales atlánticos. Entre estos acantilados se encuentra un total
de cincuenta playas de arena, muchas de ellas con un conjunto de dunas que
alberga una vegetación específica. Son destacables los campos
dunares de Liencres, Oyambre, el Puntal de Somo y el Puntal de Laredo. En la
zona continental de la Marina hay que señalar los bosques de cajigas
(hoy reducidos a algunas formaciones del Monte Corona) y los singulares encinares
cantábricos (Monte Buciero, Monte Ano, Candina-Cerredo, etc.).
La Montaña está integrada por montes y valles, en los que se
desarrolla la vegetación característica constituida por el bosque
atlántico de frondosas caducifolias. En las zonas bajas destacan los
bosques de cajigas y el bosque de roble albar, más escaso, mientras
que en las cotas más elevadas se pueden encontrar hayedos y abedulares
como los situados en Campoo, Liébana, valle de Cabuérniga y valle
de Polaciones. En la Montaña Oriental, los hayedos se desarrollan sobre
suelos calizos en los que alternan con encinares, configurando ecosistemas
de una enorme singularidad. Igualmente destacable es el microclima y la biodiversidad
que atesora Liébana, en la que conviven magníficos hayedos y
robledales con masas de alcornoques, únicos en la región, y de
gran importancia como hábitats de interés comunitario.
El Sur de Cantabria, articulado por los cauces del Camesa (que vierte a la
cuenca del Duero) y del Ebro, tiene características ecológicas
y paisajísticas muy singulares. Su vegetación, flora y fauna
revelan la influencia del clima más continental y mediterráneo,
dominando los bosques de rebollo y con un elemento tan singular con la masa
de roble albar del Monte Hijedo. Cantabria despide al Ebro en Valderredible
a través de las espectaculares Hoces, que tienen continuidad en Burgos,
y cobijan una importante riqueza de avifauna rupícola.
Por último, debemos destacar la enorme importancia que para la biodiversidad
de Cantabria tienen nuestros ríos, no sólo por atesorar una gran
riqueza faunística (con salmones, truchas, nutrias o desmanes, como
especies más conocidas), sino también por estar acompañados
por las orlas de vegetación de ribera, esenciales para el funcionamiento
de los ecosistemas fluviales.
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Parque
Natural de Oyambre
San
Vicente de la Barquera desde la Iglesia de Santa
María de los Ángeles
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La naturaleza de Cantabria, que aquí resumimos de
forma muy esquemática, forma parte esencial de nuestro
patrimonio como Comunidad y nos dota de una de nuestras principales
señas de identidad: un conjunto de paisajes singulares
fruto de la interacción secular del hombre y sus actividades
productivas.
Esta biodiversidad requiere del diseño y aplicación
de políticas activas de conservación y uso
sostenible que el Gobierno de Cantabria, a través
de la Consejería de Ganadería, Agricultura
y Pesca, viene desarrollando en los últimos años.
Un conjunto de actuaciones que implica voluntad política
y criterio técnico, y que debe desarrollarse en los
próximos años con la mayor participación
pública posible, en especial de la Administración
Local, de los propietarios de terrenos, de los hombres y
mujeres que viven y trabajan en el medio natural y, en general,
de la sociedad de Cantabria.
Siguiendo esos criterios, el Parlamento de Cantabria aprobó en
2006 la Ley de Cantabria 4/2006, de 19 de mayo, de Conservación
de la Naturaleza, que sienta las bases de la gestión
de nuestra biodiversidad regida por el rigor técnico,
por el cumplimiento de las normativas nacionales y europeas
y por el objetivo esencial de conservar nuestra naturaleza
como seña de identidad de Cantabria y como activo
para el desarrollo sostenible de nuestro medio rural.
Uno de los contenidos más importantes de la Ley
es la creación de la Red de Espacios Naturales Protegidos
de Cantabria, cuyo objetivo es configurar un conjunto suficiente
y coherente de sistemas naturales regionales interconectados,
que aseguren el mantenimiento y conservación de
los recursos naturales y la biodiversidad del territorio
regional. La Red está conformada por las siguientes
categorías de Espacios:
- Parques Nacionales
- Parques Naturales.
- Reservas Naturales.
- Monumentos Naturales.
- Paisajes Protegidos.
- Zonas de la Red Ecológica Europea Natura
2000
- Áreas Naturales de Especial Interés.
En estos momentos, abril de 2007, la
Red de Espacios Naturales Protegidos de Cantabria está integrada
por 37 Espacios ,
de los cuáles 8 derivan de figuras
propias de la legislación estatal (las cinco primeras
citadas anteriormente) y 29 responden al cumplimiento por
Cantabria de las Directivas Aves y Hábitats (Zonas
de la Red Ecológica Europea Natura 2000), sumando
cerca de las 160.000
hectáreas :
1 Parque Nacional |
el de los Picos de Europa, compartido con Asturias
y con Castilla y León |
6 Parques Naturales |
Dunas de Liencres; Saja-Besaya; Oyambre; Macizo de
Peña Cabarga; Collados del Asón; Marismas
de Santoña, Victoria y Joyel |
1 Monumento Natural |
el de las Sequoias del Monte Cabezón |
8 Zonas de Especial Protección para
las Aves |
21 Lugares de Importancia Comunitaria |
El presente CD pretende ser una aproximación al
conocimiento de nuestra Red de Espacios Naturales Protegidos
desde una perspectiva netamente visual, sin renunciar a
ofrecer una información fidedigna, pero pretendiendo
especialmente animar al usuario a conocer mejor nuestros
Espacios Naturales Protegidos, visitándolos y apreciando
y respetando su riqueza ecológica y sus paisajes,
aproximándose al trabajo y a las necesidades de
las gentes que los habitan y que han permitido la conservación
hasta nuestros días del patrimonio natural de Cantabria.
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